Las luces antideflagrantes no son necesariamente impermeables.
El principio de las luces antideflagrantes (cerradas) es aislar la fuente de ignición de los gases explosivos. Sus carcasas no están completamente selladas y tienen pequeños huecos. Estos huecos desempeñan un papel crucial en la prevención de explosiones; al atravesar estos estrechos espacios, la llama encuentra resistencia y disipa el calor, reduciéndolo a niveles insuficientes para encender explosivos. Para los requisitos que exigen capacidades a prueba de explosiones e impermeables, asegúrese de que el grado de protección de la carcasa se especifica como IP65 o IP66.