Situar las salas de distribución en zonas antideflagrantes no es aconsejable, ya que no sólo eleva los gastos de inversión, sino que también amplifica los riesgos de accidente.
Según las "Normas de Diseño de Protección contra Incendios en Edificios GB50160-2014", está prohibido que las zonas de talleres de Clase A alberguen oficinas o salas de distribución. En los casos en que sea esencial disponer de una sala de distribución exclusiva, esta deberá situarse junto a una pared, siendo imprescindible que la pared divisoria sea a prueba de explosiones.
Las salas de control, las salas de armarios y las subestaciones y distribuciones eléctricas deben estar situadas más allá de las zonas con riesgo de explosión, garantizando amplios márgenes de seguridad. En estas zonas, los equipos eléctricos están exentos de los requisitos de protección contra explosiones. Este planteamiento está muy extendido hoy en día en la mayoría de las instalaciones de la industria química.