De acuerdo con las exigencias únicas y los factores de riesgo de los yacimientos petrolíferos, la zona que se extiende entre treinta y cincuenta metros alrededor de la boca del pozo se considera crítica.
Sin embargo, en la práctica, prácticamente todos los dispositivos eléctricos instalados en el pozo son antideflagrantes. Esta norma evita las molestias innecesarias asociadas al cambio de equipos que no cumplen las especificaciones antideflagrantes.