La fuente de alimentación de las luces LED antideflagrantes es la corriente continua, que suele oscilar entre 6 y 36 V.
En cambio, las luces incandescentes antideflagrantes suelen utilizar corriente alterna a una tensión segura. Una corriente alterna de 10 mA y una corriente continua de 50 mA suponen un riesgo para el cuerpo humano. Calculando con una resistencia del cuerpo humano de 1200 ohmios, la tensión de seguridad es de 12 V para la corriente alterna y de 60 V para la corriente continua. Por lo tanto, con una tensión o corriente equivalentes, las luces LED antideflagrantes son más seguras. Además, la CC de bajo voltaje apenas produce chispas eléctricas, mientras que la CA es más propensa a hacerlo, por lo que las luces LED antideflagrantes son una opción más segura.