La ingestión de aproximadamente 20 mililitros de butano puede provocar una intoxicación. En caso de que un niño pierda el conocimiento, es imperativo alejarse rápidamente de la zona contaminada a un espacio bien ventilado para administrarle respiración artificial. Se debe buscar atención médica inmediata, y el médico tratante aplicará medidas de emergencia en función del nivel de exposición.
Aunque la concentración de butano en los encendedores normales es baja, y es poco probable que su inhalación limitada sea tóxica, es vital asegurarse de que los niños no tengan acceso a cantidades excesivas ni las inhalen, ya que esto podría ser perjudicial para su salud.