Las cajas de control a prueba de explosiones se clasifican en tres niveles: IIA, IIB e IIC. El nivel IIC es ligeramente superior y más costoso que los niveles IIB y IIA. Muchos clientes tienen dudas a la hora de seleccionar la clasificación antideflagrante adecuada. Básicamente, estas clasificaciones corresponden a la presencia de mezclas de gases inflamables y explosivos en el entorno. Por ejemplo, el hidrógeno se clasifica como IICT1, mientras que el monóxido de carbono se incluye en IIAT1; por lo tanto, su caja de control correspondiente se clasificaría como IIAT1, aunque normalmente se clasifica como IIB. Para un desglose completo de las clasificaciones, consulte la "Introducción a las mezclas explosivas".
Ejemplo:
Un taller necesita instalar cinco cajas de control antideflagrantes adicionales debido a su producción de etanol. La clasificación requerida para estas cajas debe ser igual o superior a IIAT2. Las clasificaciones adecuadas van de IIBT2-6 a IICT2-6, siendo IIBT4 la más utilizada.