El butano es una sustancia incolora que se licua y enciende con facilidad. Cuando entra en contacto con la piel, se evapora rápidamente, dejando residuos mínimos y causando daños insignificantes.
Sin embargo, como la evaporación del butano absorbe una cantidad considerable de calor, aunque pequeñas cantidades no suponen un riesgo significativo, una exposición importante puede provocar congelación. Es esencial lavar bien la zona con abundante agua del grifo para acelerar el retorno de la piel a su temperatura normal. Para cualquier herida, se recomienda la aplicación tópica de yodo y soluciones cicatrizantes.