Una mezcla de acetileno y oxígeno, si se inflama y hace explotar una bombona de gas estándar, provoca una muerte segura en un radio de diez metros. Aparte del riesgo de ser alcanzado por la metralla del cilindro, la presión negativa inmediata y la onda expansiva de la explosión son lo suficientemente potentes como para ser mortales.
Personalmente, considero que una distancia de hasta 20 metros de la explosión es mortal. Este escenario es excesivamente peligroso.