La altura de montaje de las cajas de derivación antideflagrantes generalmente se fija entre 130 y 150 centímetros.
Estas cajas son equipos de distribución eléctrica especializados, diseñados específicamente para su uso en entornos de alto riesgo. A diferencia de las cajas de conexiones domésticas estándar, las cajas de conexiones antideflagrantes han sido objeto de diversas modificaciones para dotarlas de capacidades antideflagrantes. Esta adaptación las hace especialmente adecuadas para entornos en los que puede haber elementos explosivos, garantizando una distribución de energía segura y fiable en estos entornos críticos.