La longevidad de las bombillas LED antideflagrantes se ve limitada principalmente por una alimentación inadecuada, a menudo debida a condensadores electrolíticos insuficientes.
A temperaturas de funcionamiento normales, estos condensadores suelen tener una vida útil de unos 5 años, que se alarga a medida que disminuye la temperatura ambiente. Por lo general, las bombillas LED duran hasta 50.000 horas en condiciones nominales.