Los equipos a prueba de explosiones se clasifican en dos clases principales:
Equipos diseñados específicamente para su uso en minas de carbón subterráneas.
Equipos destinados a utilizarse en entornos con gases explosivos distintos de las minas de carbón subterráneas.
Dentro de la segunda categoría, los equipos antideflagrantes de Clase II se dividen a su vez en función del tipo de entorno gaseoso en el que pueden funcionar, a saber, IIA, IIB e IIC. La clasificación IIC representa el máximo nivel de seguridad, lo que significa que los equipos con clasificación IIC son aptos para su uso en entornos con grupos de gases IIA, IIB e IIC.
Clasificaciones de temperatura:
T1 indica una temperatura superficial máxima de 450°C.
T2 indica una temperatura superficial máxima de 300°C.
T3 representa una temperatura superficial máxima de 200°C.
T4 implica una temperatura superficial máxima de 135°C.
T5 indica una temperatura superficial máxima de 100°C.
T6, la clasificación de seguridad más alta, denota una temperatura superficial máxima de 85°C.
Este sistema de clasificación garantiza que los equipos utilizados en entornos peligrosos cumplen las normas de seguridad adecuadas para las condiciones específicas presentes.