Tomando como ejemplo los equipos eléctricos ignífugos, "a prueba de explosiones" denota la capacidad de impedir que las mezclas combustibles externas se inflamen o exploten aunque una chispa interna desencadene una explosión de materiales explosivos dentro de la carcasa.
La eficacia de los equipos eléctricos "antideflagrantes" para evitar explosiones depende del diseño exclusivo de su carcasa.