El tipo intrínsecamente seguro suele considerarse más sofisticado, ya que es aplicable en entornos de Zona 0, una capacidad que no comparten los tipos antideflagrantes.
Sin embargo, es más perspicaz considerar cada tipo como distinto, en lugar de hacerlo de forma jerárquica. Ambos tipos presentan características y ventajas únicas que los hacen apropiados para productos y entornos diversos. La selección de la tecnología antideflagrante adecuada para un producto debe incluir una evaluación holística de las características del producto y de su contexto operativo.