Es innegable que el butano es un componente costoso. A diferencia del gas licuado, que es una mezcla, el butano es una sustancia pura, lo que conlleva importantes gastos de purificación. Con un punto de ebullición de apenas -0,5°C, el butano no se evapora ni siquiera en condiciones de frío extremo, lo que limita su uso por sí solo. Por eso, el butano suele mezclarse con propano para aplicaciones prácticas.
En las formulaciones de gas licuado de uso doméstico, la mezcla de propano y sus derivados con butano y sus derivados da lugar a un producto que suele ser más caro que el gas licuado estándar. Sin embargo, esta mezcla ofrece ventajas en climas fríos, ya que el butano se enciende más fácilmente, produce menos líquido residual y presenta una mayor volatilidad.