En un espacio confinado, el monóxido de carbono no plantea ningún riesgo de explosión. Demostrablemente, puede ser contenido de forma segura en cilindros, transportado y utilizado.
El monóxido de carbono es inerte y no explosivo a presiones elevadas y en entornos sellados sin oxígeno. De hecho, a menudo se mezcla con nitrógeno en cilindros de alta presión para servir como gas de calibración estándar para la monitorización medioambiental.