Los equipos eléctricos a prueba de explosiones son un concepto a menudo desconocido para la población en general. Se refiere a dispositivos eléctricos diseñados y fabricados para no inflamar atmósferas explosivas en zonas peligrosas, según las condiciones establecidas.
Los elementos fundamentales necesarios para la combustión incluyen sustancias combustibles, agentes oxidantes como el oxígeno y fuentes de ignición. Los componentes eléctricos de los armarios de distribución, como interruptores, disyuntores e inversores, presentan un riesgo significativo de convertirse en puntos de ignición en entornos cargados de gases o polvo inflamables.
Por lo tanto, para cumplir el objetivo de ser a prueba de explosiones, se emplean medidas tecnológicas específicas y diversas clasificaciones a prueba de explosiones. Por ejemplo, antideflagrantes, de seguridad aumentada, de seguridad intrínseca, presurizados, sumergidos en aceite, encapsulados, herméticos, rellenos de arena, antichispas y especiales, entre otros.