Muchos consumidores se enfrentan a la confusión a la hora de seleccionar el acondicionador de aire antideflagrante adecuado debido a la miríada de opciones disponibles. Comprender los distintos tipos no suele facilitar la decisión. Como se ha aconsejado anteriormente, es prudente elegir en función de la ubicación específica y el tipo requerido. Estos son los cuatro criterios clave que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un aire acondicionado antideflagrante:
En primer lugar, estructura a prueba de explosiones
La estructura elegida debe ser apta para entornos peligrosos. Las características específicas de la zona determinan el tipo de estructura antideflagrante necesaria. A medida que varía la estructura, también lo hace el nivel de protección ofrecido. Así pues, es vital seleccionar el tipo de estructura antideflagrante adecuado en función de los materiales explosivos, el tipo de equipo y el nivel de riesgo del lugar de instalación.
En segundo lugar, la aplicabilidad
Los acondicionadores de aire a prueba de explosiones están diseñados para uso en interiores o exteriores. Las unidades interiores utilizadas en exteriores, especialmente con temperaturas en torno a los 40 °C, son inadecuadas. Las unidades de exterior deben estar equipadas para soportar condiciones al aire libre, incluida la protección contra la exposición al sol, la lluvia y la arena. Además, muchos lugares de trabajo tienen entornos corrosivos o tóxicos, o condiciones de temperatura extremas. Estos factores deben tenerse muy en cuenta a la hora de elegir un aire acondicionado antideflagrante.
En tercer lugar, el mantenimiento
El mantenimiento de los aires acondicionados antideflagrantes es primordial. Optar por modelos más sencillos no sólo facilita la gestión, sino que también garantiza tiempos de mantenimiento más cortos, costes reducidos y un almacenamiento adecuado de las piezas de repuesto.
En cuarto lugar, la eficiencia económica
Al adquirir material eléctrico antideflagrante, el coste inicial es sólo un factor. Es esencial realizar un análisis exhaustivo de la fiabilidad, la vida útil, los costes operativos, el consumo de energía y los requisitos de mantenimiento del equipo. El acondicionador de aire antideflagrante más adecuado debe seleccionarse en función de estos factores acumulativos.