El límite inferior de explosividad (LIE) del alcohol es de 3,5%, y el límite superior de explosividad (LSE) es de 18,0%.
Las explosiones sólo se producen entre estos dos límites. Por encima del UEL, el aire es insuficiente; las llamas pueden arder pero no propagarse ni provocar una explosión. Por debajo del LIE, la concentración de combustibles es demasiado baja. El exceso de aire enfría el ambiente, impidiendo la propagación de las llamas y evitando así explosiones o igniciones.