El objetivo principal de los ventiladores antideflagrantes no es evitar que explote el propio ventilador, sino evitar explosiones de polvo en el entorno de producción. En determinadas industrias, los procesos generan polvo inflamable y explosivo, como polvo metálico o de carbón. Para evitar que este tipo de polvo se disperse en el aire durante la producción, se suelen utilizar sistemas de aspiración y recogida.
Durante este proceso, la fricción o las chispas en el ventilador podrían ser extremadamente peligrosas. De ahí la necesidad de ventiladores a prueba de explosiones, que están especialmente diseñados y fabricados con materiales distintos de los ventiladores estándar.
1. Los ventiladores antideflagrantes son equipados con impulsores de aluminio, principalmente para evitar las chispas generadas por la fricción entre el impulsor y la carcasa del ventilador.
2. Estos ventiladores deben ser accionados por motores antideflagrantes para garantizar un funcionamiento seguro en entornos potencialmente peligrosos.