El término "a prueba de explosiones" para los ventiladores de tambor se refiere a su diseño que aísla los componentes eléctricos capaces de generar chispas, arcos y temperaturas peligrosas de las mezclas de gases explosivos circundantes durante el funcionamiento. Este diseño también garantiza que no se produzcan chispas cuando situaciones especiales provoquen fricción con la carcasa del ventilador, manteniendo así unas prácticas de producción seguras.
Los ventiladores de tambor a prueba de explosiones se clasifican generalmente en dos tipos: uno con la carcasa y el impulsor de aleación de aluminio y accionados por motores a prueba de explosiones; y otro en el que la carcasa es de chapa de hierro o acero inoxidable con un impulsor de aleación de aluminio, también accionado por motores a prueba de explosiones. El uso de aleación de aluminio en las zonas de fricción evita la ignición, cumpliendo los requisitos a prueba de explosiones.
Normalmente, se utilizan motores antideflagrantes como BT4 y CT4, con opciones de personalización disponibles para resistencia a altas temperaturas, resistencia a la corrosión y frecuencia variable. Estos ventiladores de tambor son ideales para entornos inflamables y explosivos, como el transporte de gas natural.