El asfalto puede inflamarse siempre que la temperatura ambiente sea suficientemente elevada. Cuando la temperatura supera los 300°C, el asfalto natural sufre una descomposición térmica, generando moléculas más ligeras que facilitan la combustión.
En las refinerías, el asfalto es combustible a temperaturas superiores a 600°C. Cuando el contenido de asfalto en el hormigón asfáltico supera los 25%, su poder calorífico supera las 1500kcal/kg, similar al poder calorífico del carbón de piedra que se encuentra en la región de Jiande, en Zhejiang.
También es inflamable en condiciones técnicas adecuadas (temperatura superior a 800 grados, triturado fino, mezclado a fondo, oxígeno suficiente, etc.), aunque puede ser difícil lograr una combustión completa.