El proceso es mucho más sencillo si dispone de un certificado IECEx. Puede facilitar el informe de la prueba IECEx a las agencias nacionales para su evaluación y conversión.
Sin embargo, si posee un certificado ATEX, la situación se complica. Un certificado ATEX no puede convertirse directamente en un certificado antideflagrante nacional, sino que hay que volver a solicitarlo utilizando la documentación facilitada.
De hecho, las normas internacionales de protección contra explosiones suelen ser más estrictas que las nacionales. Los equipos antideflagrantes extranjeros cumplen sin duda las normas chinas, pero la normativa nacional no permite su reconocimiento directo.