Los equipos eléctricos a prueba de explosiones son esenciales en entornos peligrosos, pero la falta de un mantenimiento exhaustivo a lo largo del tiempo puede convertirlos en un riesgo, anulando su finalidad preventiva.
1. Realizar una revisión de los procedimientos generales de inspección.
2. Evalúe la estanqueidad, la seguridad de montaje y el cumplimiento de las normas antideflagrantes de las cajas de conexiones, los dispositivos de entrada de línea, las cajas de sellado de protección y los conectores acodados.
3. Evalúe el nivel de corrosión en motores, dispositivos eléctricos, paneles de instrumentos y el propio equipo, asegurándose de que los tornillos estén bien sujetos y los mecanismos de enclavamiento funcionen correctamente.
4. Para los equipos antideflagrantes sumergidos en aceite, verificar que los indicadores de nivel de aceite, los sistemas de drenaje y las estructuras de ventilación de gas permanecen despejados y sin fugas, con una inclinación de instalación no superior a 5 grados.
5. Asegúrese de que la presión de aire interna de los equipos a prueba de explosiones presurizados cumple o supera los valores indicados en la etiqueta del equipo, y de que el sistema de alarma de corte de presión responde.
6. Compruebe que los cables no estén flojos, que no estén dañados por las vibraciones y que no presenten signos de corrosión.
7. Más allá de las especificaciones antideflagrantes, mantenga el equipo en condiciones óptimas de acuerdo con las normas generales sobre equipos eléctricos.