Normalmente, la mera inhalación de ácido acético glacial no provoca intoxicación. Aunque esta sustancia posee cierto grado de toxicidad, el riesgo predominante está asociado al contacto directo.
La exposición a altas concentraciones puede causar quemaduras superficiales en la piel. Concretamente, cuando se transforma en vapor, es imperativo evitar la inhalación directa o el contacto para evitar quemaduras en zonas sensibles e inflamación de las mucosas. En consecuencia, es aconsejable limitar en general la exposición al ácido acético glacial.